La bronquitis crónica se refiere a la bronquitis, una inflamación de los bronquios, que consiste en tos diaria con la producción de moco que se prolonga durante al menos tres meses y se repite al año siguiente.
Aunque la bronquitis puede usualmente ser tratada fácilmente con medicamentos de reposo, sin receta, beber líquidos adicionales y respirar aire caliente y húmedo, la variedad crónica puede llevar a condiciones más graves, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) bronquitis crónica.
Otras complicaciones causadas por la bronquitis crónica incluyen disnea, insuficiencia respiratoria, neumonía, enfisema y, en los casos más severos, la muerte. Con el fin de evitar condiciones más graves, las personas diagnosticadas con bronquitis crónica deben someterse a tratamiento de la bronquitis crónica bajo la supervisión de su médico.
La mayoría de las personas diagnosticadas con la bronquitis crónica son fumadores de cigarrillos. El primer paso de un paciente en el tratamiento de la bronquitis crónica es dejar de fumar y evitar el humo de segunda mano.
Alrededor del 50% de los fumadores diagnosticados con bronquitis crónica dejarán de toser dentro de un mes después de dejar de fumar y el 80% dejará de fumar dentro de los dos meses de haber dejado de fumar.
La calidad adictiva de la nicotina hace que los fumadores considerables dificultades para dejar de fumar, y muchas veces los pacientes ignoran este tratamiento en su propio perjuicio.
En el caso de que alguien diagnosticado con bronquitis crónica no fuma, o deja de fumar cigarrillos, las opciones de tratamiento de bronquitis crónica médica consisten en dos tipos de medicamentos. Los broncodilatadores, el primer tipo de medicación de la bronquitis, trabajan relajando los músculos que rodean los bronquios, que permite la extensión de las vías aéreas internas. Los broncodilatadores comunes son el albuterol, el metaproterenol, el formoterol y el salmeterol.
Los esteroides son el otro tipo de medicamento utilizado para el tratamiento de la bronquitis crónica. Los esteroides ayudan en la reducción de la inflamación bronquial, que reduce la hinchazón y la producción de moco. La falta de hinchazón y moco promueve un mejor flujo de aire al reducir las obstrucciones en las vías respiratorias. La prednisona es el esteroide más común usado para tratar la bronquitis, pero la metilprednisolona también se puede utilizar.
La rehabilitación pulmonar es otro tipo de tratamiento que se puede utilizar para tratar la bronquitis. La rehabilitación pulmonar consiste en educar al paciente sobre el efecto del tabaquismo combinado con ejercicios y técnicas de respiración que pueden ayudar a reducir los síntomas. Además, se enseña a los pacientes acerca de la nutrición.
Ciertos alimentos y bebidas ayudan a reducir la viscosidad del moco, por lo que es más fácil expulsado del cuerpo. En casos severos de bronquitis crónica o EPOC, un individuo puede necesitar tratamiento de oxígeno suplementario debido a que sus vías respiratorias están extremadamente obstruidas.